Reportaje publicado en el número de mayo-junio de la revista Molinería y Panadería, Ed. Montagud.
De
‘A más a más’ a un proyecto que nace del corazón
‘Contigo Pan y
Cebolla’ reza un refrán popular, quizá queriendo explicar que dos alimentos tan
básicos pueden permanecer juntos en el mismo plato cuando las necesidades
aprietan y cuando la vida y la tierra no pueden ofrecer más al comensal. Y como
en el amor, ante las dificultades, mejor pan con cebolla que nada.
Con estos dos
ingredientes en la cabeza, el estilista gastronómico y polifacético Miguel de
Torres quiso recuperar hace más o menos un lustro la sensación que le producía
el que su abuela le regalase panes, un viaje a su niñez que acabó transformando
su idea de la gastronomía hasta acercarla a lo que transmite hoy desde sus
fogones: que el pan no es únicamente un alimento, sino algo que ha estado
presente en nuestra cultura occidental desde el principio de los tiempos.
Este informático de
profesión, descubrió que el pan podía ser más que una forma de entender la
vida. Se dejó llevar por su inquietud y la curiosidad que le producía el
fermento de las masas y bajo este concepto, el Taller Pan y Cebolla surge en
2012 como algo que nace del corazón y que, poco a poco, va tornándose en un
proyecto empresarial que aún hoy se encuentra dando sus primeros pasos.
“A través de la
experimentación y de la intuición, aprendí a hacer pan, luego lo enseñé a familiares
y amigos y ahora puedo trasladar esas enseñanzas a más gente”, nos explica
Miguel de Torres mientras hojea varios libros de panes buscando citas de
interés.
Gente que llega no
sólo de cualquier rincón de España, sino de otros países como Noruega, Suecia o
incluso Tailandia.
Pero, ¿por qué pan y cebolla?
“Porque es algo
fácil de recordar. Éste es un nombre que nace sin ninguna pretensión, aunque
como segunda alternativa, que sustituyó a ‘A más a más’. Nace sólo con el deseo
de hacer referencia al pan y a otro concepto de cocina, buscando que quienes
vengan al taller disfruten haciendo con sus manos este alimento básico”, afirma
Miguel de Torres.
Y bajo la sencillez
que emana de la unión del pan y la cebolla, este taller busca como objetivo, no
sólo llegar a ser sostenible algún día, sino desde una perspectiva más
romántica, transmitir a la gente el amor por el pan y por la gastronomía en
general, pues además de cursos para hacer panes, el Taller Pan y Cebolla ofrece
otro tipo de formaciones cuyos temas centrales son la gastronomía japonesa o la
búsqueda de los diferentes efectos sensoriales del vino.